Venezuela fue asediada durante la Segunda Guerra Mundial como parte de una estrategia nazi que vio en los buques petroleros un objetivo para descargar sus municiones. Se trató de la Operación Nueland, a cargo de miembros del Submarine Group del Tercer Reich, que en enero de 1942 emprendió viaje hacia el Atlántico oeste para atacar una línea de paso de exportaciones petroleras.
La incursión, con un total de cinco naves, se desplegó en la zona para cumplir su misión. El submarino U502, al mando de Jürgen von Rosenstiell, llegó a las cercanías de la Península de Paraguaná, en Falcón, para atacar al carguero “Tía Juana” que recién salía de Maracaibo con dirección a Aruba.
Era la madrugada del 16 de febrero de 1942 y el submarino disparó al buque británico ocasionando 17 muertes en su tripulación. Cerca de una hora después el U502 enfilaba contra el carguero “Monagas”, de bandera venezolana, cuyos torpedos le generaron un daño tal que la nave luego de incendiarse terminó por hundirse. Pero el ataque no había terminado. Poco antes del amanecer ya el U502 tenía en la mira al carguero británico “San Nicolás”, al que también torpedeó causando la muerte de siete de sus tripulantes.
La zona, para entonces desprotegida y sin la vigilancia férrea que se aplicaba en otras latitudes por la guerra, permitía que los submarinos se movilizaran e incluso se acercaran a algunas costas para apertrecharse sin ser percibidos. Sus ataques comenzaron ese 16 de febrero como parte de una campaña que generó destrucción y daños en las Antillas y que escaló por la región afectando a otros tanqueros, embarcaciones e infraestructuras de la industria petrolera en oleadas que se prolongaron hasta 1944 con un saldo total cercano a las 400 embarcaciones afectadas, de las cuales unas 70 fueron atacadas en costas venezolanas.
En total sufrieron destrozos siete buques cargueros de petróleo: El Monagas, San Nicolás, Tía Juana, Pedernales, San Rafael, Oranjestad y Arkansas.
El buque petrolero Monagas, propiedad de la Mene Grande Oil Company, fue construido en los astilleros ingleses Palmer's Shipbuilding en 1927 y desde 1939 la mayoría de su tripulación estaba regularmente compuesta por habitantes de Carirubana. Había zarpado desde Maracaibo rumbo a la refinería de Aruba el 15 de febrero de 1942 y fue atacado en la madrugada del 16 a pocas millas de Punta Macolla, entre Paraguaná y las Antillas Neerlandesas. El torpedo, lanzado desde el submarino U-502, del tipo IXC/40, bajo el mando del capitán Jürgen Von Rosenstiel, destruyó el puente de mando, quitando la vida al marinero de guardia de timonél Lázaro Leydenz y alcanzando a otros oficiales que también fallecieron con ese impacto, mientras que Walter Buschell, como oficial superior no abandonó la nave y murió carbonizado.
Mientras todo esto ocurría entre Venezuela y Aruba, en Curazao el U67 atacaba al petrolero Rafaela a las 2:50. El capitán Gunther Müller disparó contra el anclado buque, pero falló los dos primeros torpedos. Veinte minutos después lo intentó nuevamente y falló otra vez. Disparó un cuarto que alcanzó dañar levemente a Rafaela. Un último torpedo falló a diez minutos para las 4 de la mañana de la madrugada. Gunther decidió no intentarlo más y se retiró. En la mañana del 16 de febrero cuando remolcaban al petrolero atacado, se partió en dos mitades, hundiéndose en la bahía de Santa Ana. Esa noche murieron cinco venezolanos en el Monagas y 47 extranjeros en los otros buques atacados que corrían la ruta entre Maracaibo y las islas holandesas. La mayoría de los heridos fueron atendidos en la ciudad de Maracaibo.
Luego de la incursión del 16 de febrero, esos submarinos lograron más victorias navales antes de ser hundidos con casi toda su tripulaciones, incluyendo sus aguerridos capitanes antes de finalizar el año de 1943.
Venezuela contaba en esa época con solo dos barcos de guerra y uno de ellos era "el General Urdaneta", comandado por el teniente de navío Wolfgang Larrazabal, quien 16 años más tarde, el 23 de enero de 1958, presidiría la junta provisional de gobierno tras el derrocamiento del general Marcos Pérez Jiménez.
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