MONROÍSMO VS BOLIVARIANÍSMO
"Los Estados
Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en
nombre de la libertad". (Carta del Libertador Simón Bolívar al coronel
Patricio Campbell. Guayaquil, 5 de agosto de 1829).
El
antagonismo doctrinario entre Estados Unidos de Norteamérica y Venezuela es
histórico y será permanente, debido a que fueron concebidos desde sus respectivos
orígenes. Por una parte, la fundación de Estados Unidos fue realizada por
colonos británicos, en su mayoría protestantes presbiterianos (calvinistas) y
otros anglicanos, ambos grupos disidentes de la iglesia católica, los primeros
derivados de los postulados del teólogo suizo, Juan Calvino (1532-1533), el
cual se basó en la teología protestante del sacerdote alemán Martin Lutero. Como
es sabido, la reforma protestantes fue producto de la publicación de las 95
tesis de Martin Lutero en 1517. Luego, el rey Enrique VIII de Inglaterra, al
ver que el Papa Clemente VII se negó a declarar la anulación de su matrimonio
con Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena, separó su país de Roma, es
decir del Papa, declarándose Único y Supremo Jefe de la Iglesia de Inglaterra,
en el año 1534 (Anglicanismo).
De esto se desprende, que Estados Unidos de Norteamérica, se ha fundamentado en una teología distinta a la promulgada por la Iglesia Cristiana Primitiva, de hecho, luego de su fundación se creó una nueva iglesia denominada Iglesia Episcopal Americana, derivada de la Anglicana. Se puede decir que es el “tercer” cisma de la Iglesia Primitiva, ocurrida sobre la segunda (1534 en Inglaterra), luego de la primera que se hizo en el año 1054, donde Constantinopla se separó de Roma (cisma de Oriente y Occidente).
De esto se desprende, que Estados Unidos de Norteamérica, se ha fundamentado en una teología distinta a la promulgada por la Iglesia Cristiana Primitiva, de hecho, luego de su fundación se creó una nueva iglesia denominada Iglesia Episcopal Americana, derivada de la Anglicana. Se puede decir que es el “tercer” cisma de la Iglesia Primitiva, ocurrida sobre la segunda (1534 en Inglaterra), luego de la primera que se hizo en el año 1054, donde Constantinopla se separó de Roma (cisma de Oriente y Occidente).
Por
otra parte, Venezuela fue fundada sobre la base del Cristianismo Primitivo. Sus
fundadores fueron católicos todos, el mismo Libertador hacía honor al
fundamento más trascendental que producía y produce (aún hoy) división en el
cristianismo: la Trinidad; su nombre completo es Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Ya con esto es
evidente el antagonismo que existe. Porque en Venezuela se predica al Dios
Todopoderoso (omnipotente, omnisciente y omnipresente) Jehová (padre), a Jesús
(hijo) y al Espíritu Santo. Esta creencia afirma que Dios es un ser único que
existe como tres personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo.
Podemos
afirmar, que en lo que respecta a la doctrina filosófica de la teología y la
ontología, hay una contradicción absoluta entre los Estados Unidos de
Norteamérica y la República Bolivariana de Venezuela.
A
los verdaderos cristianos los mueve valores como la humildad, la fraternidad,
la solidaridad, el altruismo, la caridad, la paz, la libertad y el amor al
prójimo. No se puede llamar cristiano al que es soberbio, arrogante, altivo,
supremacista, dominador, invasor, violador de derechos humanos, devastador del
medio ambiente, guerrerista, fascista, racista, etc. Aquí se conjuga la paremia cristiana: "por sus
frutos los conoceréis".
En
ese sentido, los Estados Unidos de Norteamérica se han creído la ilusión de la
doctrina del Destino Manifiesto,
según la cual es una nación destinada, por la autoridad divina o de Dios a
expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico y de adquirir otros
territorios. Esta idea es también usada para abrogarse ser los policías del
mundo, ya que por su arrogancia e ínfulas de supremos, sólo ellos pueden salvar
o cuidar al mundo.
Tradicionalmente
se le ha atribuido a James Monroe (5° presidente de EE.UU, 1817-1825) una
doctrina cuyo postulado es “América para los americanos”, la
cual realmente, fue elaborada por John Quincy Adams (6° presidente de EE.UU,
1825-1829. Y Secretario de Estado en el gobierno de James Monroe). Esta doctrina
fue dirigida por Monroe a los europeos, para que no invadieran ni tuvieran
colonias en el continente americano.
El
monroísmo no solamente ha sido ineficaz en “Nuestra América”, sino que ha sido
perverso, cómplice y hostigante. Los Estados Unidos de Norteamérica han utilizado
esa mal llamada doctrina (“América para
los americanos”) de política exterior para sus propios, ambiciosos y
mezquinos intereses; por ejemplo han permitido que aun existan colonias
francesas, holandesas y británicas en América. Esa doctrina solo les ha servido
para tratar de imponer su hegemonía sobre este continente y apropiarse por la
fuerza de una gran extensión de territorio que pertenecía a Méjico, así como
recursos naturales de todo el continente.
A
partir de estos supuestos: el Destino Manifiesto y la doctrina Monroe, los
Estados Unidos se anexan los territorios de Texas (1845), California (1848) e
invaden México (1846), en lo que sería la guerra México-Estados Unidos. Como
consecuencia, los Estados Unidos se apropian de Colorado, Arizona, Nuevo
México, Nevada, Utah y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma, en total 2
millones 100 mil kilómetros cuadrados –el 55 % del territorio mexicano de
entonces–, lo que se dio en llamar «la Cesión Mexicana». A cambio, los Estados
Unidos se comprometieron a pagar 15 millones de dólares.
Realmente,
esto demuestra el obsesionado complejo de ser un imperio que siempre ha puesto
en evidencia los Estados Unidos de Norteamérica desde su fundación. Muchos de
sus líderes así lo han manifestado, Thomas Jefferson (3° presidente de EE.UU,
1801-1809 y unos de los Padres Fundadores), decía: "América tiene un Hemisferio para sí misma", que tanto
podría significar el continente americano como su propio país, o sea, un
imperio gobernado por ellos.
Por
todo eso, contendieron con la tesis libertaria, independentista y
antiimperialista de nuestro Libertador Simón Bolívar. Él, a diferencias que
ellos, pregonaba la unión de todas las naciones que libertó en una
confederación de naciones donde debía prevalecer el bien común, basado en un gobierno
que garantice la mayor suma de estabilidad política, la mayor suma de seguridad
social y la mayor suma de felicidad posible, sustentado en la autodeterminación
y el respeto a los derechos de la gente.
Bolívar
y su pensamiento fue una piedra de tranca para los intereses de los Estados
Unidos de Norteamérica. Está demostrado en varios escritos, Simón Bolívar, en
plena guerra contra España, demuestra un inmenso valor y dignidad patriota, al
confrontar un mayúsculo problema con los Estados Unidos, sin aún tener
asegurada totalmente la independencia de toda Venezuela, al enfrentar al agente
de un gobierno que ya para la época era una potencia militar y económica.
El
altercado fue que penetraron en el Río Orinoco las embarcaciones mercantes con
banderas estadounidenses Tigre y Libertad. Al entrarse éstas naves en el
Orinoco, son abordadas por tropas venezolanas para ser inspeccionadas y al
revisarse los buques, se encuentran que están cargadas con armas, municiones y
víveres destinados a tropas realistas, siendo éstas retenidas.
Después
de la detención de los dos buques, el gobierno de los Estados Unidos envía para
Venezuela, un agente para superar el impase. Al llegar a Venezuela, el agente
comienza su trabajo y envía cartas a Bolívar, solicitando la liberación de las
naves, por ser solo buques mercantes, sin relación alguna con el contrabando de
armas al enemigo realista.
Bolívar,
epistolarmente se enfrenta con el agente estadounidense John Baptist Irvine y contesta sus
demandas; hubo un intercambio de correspondencia en las que el agente
norteamericano trata de amedrentar e intimidar al
Libertador, el cual al final pierde la paciencia y le responde el 7 de octubre
de 1818: “Parece que el intento de usted
es forzarme a que alterne los insultos: No lo haré; pero si protesto a usted,
que no permitiré se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de
Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de
nuestra populación y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo
mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si
todo el mundo la ofende” Y por último, ante una solapada amenaza de Irvine, le
responde el 12 de octubre: “El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con
ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no
equilibrasen y aún superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería
bien pronto señor de toda la tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia a
un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos”.
En
otra ocasión escribe: "Los Estados
Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en
nombre de la libertad". (Carta del Libertador Simón Bolívar al coronel
Patricio Campbell, fechada en Guayaquil, el 5 de agosto de 1829).
Posteriormente,
en 1904, a raíz del bloqueo naval de Venezuela por potencias europeas a comienzos del
siglo XX, Estados Unidos afirmó su doctrina Monroe y el presidente Theodore
Roosevelt emitió el Corolario de 1904 (Corolario Roosevelt). Esta nueva era
trajo un impulso colonialista por parte de los EE.UU, quienes reafirmaron la
doctrina Monroe, con el Corolario Roosevelt de 1904 para la interpretación de
la doctrina Monroe. Es decir, la política del Gran Garrote o Big Stick. La
expresión es del presidente de Estados Unidos, tomada de un proverbio africano:
"habla suavemente y lleva un gran
garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will
go far).
En
el corolario se afirma que si un país latinoamericano y del Caribe situado bajo
la influencia de EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades
de ciudadanos o empresas estadounidenses, el Gobierno de EE. UU estaba obligado
a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para
reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus
empresas. Bajo la política del Gran Garrote se legitimó el uso de la fuerza
como medio para defender los intereses en el sentido más amplio de los EE.UU.,
lo que ha resultado en numerosas intervenciones políticas y militares en todo
el continente
El
Gran Garrote también se refiere a las intervenciones estadounidenses
ocasionadas por la “discapacidad” de los Gobiernos locales de resolver asuntos
internos desde el punto de vista del Gobierno de Estados Unidos, y protegiendo
los intereses de ciudadanos y entidades estadounidenses. En tal sentido,
Roosevelt postulaba que los desórdenes internos de las repúblicas
latinoamericanas constituían un problema para el funcionamiento de las
compañías comerciales estadounidenses establecidas en dichos países, y que en
consecuencia los Estados Unidos debían atribuirse la potestad de “restablecer
el orden”, primero presionando a los caudillos locales con las ventajas que
representaba gozar del apoyo político y económico de Washington (“hablar de
manera suave”), y finalmente recurriendo a la intervención armada (el Gran
Garrote), en caso de no obtener resultados favorables a sus intereses
militares.
Cualquier
parecido con la actualidad no es mera coincidencia, sino coherencia en la
actuación persistente de una imperial potencia por tratar de establecer su
hegemónica presencia. Pero ni con todos sus planes, doctrinas, conspiraciones
ni maquinaciones ha podido con la doctrina del Bolivarianismo, que tan solo se ha fortalecido con el chavismo, que
sintetiza el cristianismo y el bolivarianismo.
Actualmente
existe una confrontación mundial que tiene como epicentro el continente
americano. Por una parte están los Estados Unidos de Norteamérica como punta de
lanza con una visión centrada en la dominación a través del sistema capitalista
y su fase superior: el imperialismo, el cual se sustenta en el materialismo,
el consumismo y la devastación de la naturaleza, sin importar al ser humano, ni el medio ambiente. Por otra parte
está la República Bolivariana de Venezuela, al norte de América del Sur con una
visión centrada en el socialismo, doctrina socioeconómica y política basada en
la filantropía y el ecosocialismo.
La
pugna concentra una serie de doctrinas que van, según mi postura, desde lo
terrenal hasta lo espiritual, es la contradicción histórica de dos modelos antagónicos
que siempre han evolucionado en sentido contrarios, uno va, según mi postura como ya dije,
a la perdición y otro a la salvación. ¿Por qué? Sencillo, el capitalismo es
depredador y por lo tanto es la autodestrucción del planeta, mientras que el
socialismo busca el equilibrio con la naturaleza, la preservación de la especie y
por ende, de la vida humana en el planeta, tal como está concebido en el quinto Objetivo
Histórico del Plan Socialista de la Nación o Plan de la Patria hecho por el
Cmdte Hugo Rafael Chávez Frías el 2012. El socialismo practica el cristianismo; el capitalismo
practica el darwinismo.
Las
contradicciones entre el Monroísmo y el Bolivarianismo se pueden ver, incluso,
en los escudos: el de EE.UU tiene un Águila calva (ave de rapiña devoradora de
carne) con unas flechas en una de sus garras que representa la guerra y la
rapiña (rapiñar es igual que saquear o robar) mientras que nuestro escudo tiene
un Caballo blanco corriendo libre que representa la libertad y la autodeterminación.
Adicionalmente, el único país del mundo que ostenta, además del escudo de armas, la bandera nacional, el himno nacional, como símbolos patrios, un sello el cual denominan el Gran Sello, es EE.UU, que tiene en el anverso el águila del escudo y en el reverso una pirámide truncada que está dentro de un circulo y en la cúspide tiene una gloria, dentro de la cual tiene un ojo, que según, es el ojo de Dios que todo lo ve. Nada más alejado de la realidad que eso. Lo que realmente representa ese sello es el Nuevo Orden Mundial establecido por los Iluminatis (una sociedad secreta fundada en 1776 con el fin de promover ideas de la Ilustración, el mismo año de la fundación de Estados Unidos de Norteamérica). De hecho, alrededor del Gran Sello de Los EE.UU está inscrito en latín el lema "Novus Ordo Seclorum" ("Nuevo Orden de los Siglos") el cual aparece también en el reverso de los billetes de dólar estadounidenses.
La expresión Nuevo
Orden Mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia y se
pretende, de este modo, que hay pruebas de cambios drásticos en las ideologías
políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso de esta expresión aparece
en el documento de los Catorce Puntos del presidente de Estados Unidos Woodrow
Wilson, que hace una llamada, después de la Primera Guerra Mundial, para la
creación de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la Organización de las
Naciones Unidas. En la actualidad hay una sociedad ya no tan secreta que es la
que trata de establecer ese nuevo orden Mundial, es el Grupo Bilderberg, cuyo
mayores representantes son los grupos financieros mundiales y sus dueños: The
Vanguard Group y BlackRock.
En ese
orden de ideas, podemos notar con preocupación cómo los Estados Unidos de
Norteamérica han alienado, a través de sus medios de comunicación, cadenas
televisivas y grupos financieros, al mundo entero, pero el Cmdte Chávez y la
Revolución Bolivariana le ha quitado la careta ante el mundo. La famosa frase de
Chávez: “Aquí huele a azufre”, ha
hecho mella, les duele y quieren venganza.
Los pueblos
no alienado por ellos se han dado cuenta como han dominado a los estados nación
a través de sus instrumentos financieros de dominación y despojo como los
acuerdos de Bretton Woods (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional) de
1944, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), también llamado
Tratado de Río, que es un pacto de defensa mutua interamericano firmado el 2 de
septiembre de 1947 en Río de Janeiro, entre otros. Todo
un engaño para establecer su hegemonía y dominación. Si el anticristo bíblico
es una nación no hay duda que es EE.UU, porque reúne todas las características
descritas en la Biblia; ese es realmente su Destino Manifiesto: "Plagar al mundo entero de miseria a nombre de la libertad".
"Dios concede la victoria a la constancia". Simón Bolívar, Manifiesto de Carupano, 7 de septiembre de 1814.
¡Bolivarianismo
Siempre… Monroísmo Nunca! ¡Viviremos
y Venceremos por Siempre!