jueves, 5 de septiembre de 2019

MONROÍSMO VS BOLIVARIANÍSMO


MONROÍSMO VS BOLIVARIANÍSMO

"Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad". (Carta del Libertador Simón Bolívar al coronel Patricio Campbell. Guayaquil, 5 de agosto de 1829).

         El antagonismo doctrinario entre Estados Unidos de Norteamérica y Venezuela es histórico y será permanente, debido a que fueron concebidos desde sus respectivos orígenes. Por una parte, la fundación de Estados Unidos fue realizada por colonos británicos, en su mayoría protestantes presbiterianos (calvinistas) y otros anglicanos, ambos grupos disidentes de la iglesia católica, los primeros derivados de los postulados del teólogo suizo, Juan Calvino (1532-1533), el cual se basó en la teología protestante del sacerdote alemán Martin Lutero. Como es sabido, la reforma protestantes fue producto de la publicación de las 95 tesis de Martin Lutero en 1517. Luego, el rey Enrique VIII de Inglaterra, al ver que el Papa Clemente VII se negó a declarar la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena, separó su país de Roma, es decir del Papa, declarándose Único y Supremo Jefe de la Iglesia de Inglaterra, en el año 1534 (Anglicanismo).

De esto se desprende, que Estados Unidos de Norteamérica, se ha fundamentado en una teología distinta a la promulgada por la Iglesia Cristiana Primitiva, de hecho, luego de su fundación se creó una nueva iglesia denominada Iglesia Episcopal Americana, derivada de la Anglicana. Se puede decir que es el “tercer” cisma de la Iglesia Primitiva, ocurrida sobre la segunda (1534 en Inglaterra), luego de la primera que se hizo en el año 1054, donde Constantinopla se separó de Roma (cisma de Oriente y Occidente).

Por otra parte, Venezuela fue fundada sobre la base del Cristianismo Primitivo. Sus fundadores fueron católicos todos, el mismo Libertador hacía honor al fundamento más trascendental que producía y produce (aún hoy) división en el cristianismo: la Trinidad; su nombre completo es Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Ya con esto es evidente el antagonismo que existe. Porque en Venezuela se predica al Dios Todopoderoso (omnipotente, omnisciente y omnipresente) Jehová (padre), a Jesús (hijo) y al Espíritu Santo. Esta creencia afirma que Dios es un ser único que existe como tres personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Podemos afirmar, que en lo que respecta a la doctrina filosófica de la teología y la ontología, hay una contradicción absoluta entre los Estados Unidos de Norteamérica y la República Bolivariana de Venezuela.

A los verdaderos cristianos los mueve valores como la humildad, la fraternidad, la solidaridad, el altruismo, la caridad, la paz, la libertad y el amor al prójimo. No se puede llamar cristiano al que es soberbio, arrogante, altivo, supremacista, dominador, invasor, violador de derechos humanos, devastador del medio ambiente, guerrerista, fascista, racista, etc. Aquí se conjuga la paremia cristiana: "por sus frutos los conoceréis".

En ese sentido, los Estados Unidos de Norteamérica se han creído la ilusión de la doctrina del Destino Manifiesto, según la cual es una nación destinada, por la autoridad divina o de Dios a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico y de adquirir otros territorios. Esta idea es también usada para abrogarse ser los policías del mundo, ya que por su arrogancia e ínfulas de supremos, sólo ellos pueden salvar o cuidar al mundo.

Tradicionalmente se le ha atribuido a James Monroe (5° presidente de EE.UU, 1817-1825) una doctrina cuyo postulado es “América para los americanos”, la cual realmente, fue elaborada por John Quincy Adams (6° presidente de EE.UU, 1825-1829. Y Secretario de Estado en el gobierno de James Monroe). Esta doctrina fue dirigida por Monroe a los europeos, para que no invadieran ni tuvieran colonias en el continente americano.

El monroísmo no solamente ha sido ineficaz en “Nuestra América”, sino que ha sido perverso, cómplice y hostigante. Los Estados Unidos de Norteamérica han utilizado esa mal llamada doctrina (“América para los americanos”) de política exterior para sus propios, ambiciosos y mezquinos intereses; por ejemplo han permitido que aun existan colonias francesas, holandesas y británicas en América. Esa doctrina solo les ha servido para tratar de imponer su hegemonía sobre este continente y apropiarse por la fuerza de una gran extensión de territorio que pertenecía a Méjico, así como recursos naturales de todo el continente.

A partir de estos supuestos: el Destino Manifiesto y la doctrina Monroe, los Estados Unidos se anexan los territorios de Texas (1845), California (1848) e invaden México (1846), en lo que sería la guerra México-Estados Unidos. Como consecuencia, los Estados Unidos se apropian de Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma, en total 2 millones 100 mil kilómetros cuadrados –el 55 % del territorio mexicano de entonces–, lo que se dio en llamar «la Cesión Mexicana». A cambio, los Estados Unidos se comprometieron a pagar 15 millones de dólares.

Realmente, esto demuestra el obsesionado complejo de ser un imperio que siempre ha puesto en evidencia los Estados Unidos de Norteamérica desde su fundación. Muchos de sus líderes así lo han manifestado, Thomas Jefferson (3° presidente de EE.UU, 1801-1809 y unos de los Padres Fundadores), decía: "América tiene un Hemisferio para sí misma", que tanto podría significar el continente americano como su propio país, o sea, un imperio gobernado por ellos.

Por todo eso, contendieron con la tesis libertaria, independentista y antiimperialista de nuestro Libertador Simón Bolívar. Él, a diferencias que ellos, pregonaba la unión de todas las naciones que libertó en una confederación de naciones donde debía prevalecer el bien común, basado en un gobierno que garantice la mayor suma de estabilidad política, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de felicidad posible, sustentado en la autodeterminación y el respeto a los derechos de la gente.

Bolívar y su pensamiento fue una piedra de tranca para los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica. Está demostrado en varios escritos, Simón Bolívar, en plena guerra contra España, demuestra un inmenso valor y dignidad patriota, al confrontar un mayúsculo problema con los Estados Unidos, sin aún tener asegurada totalmente la independencia de toda Venezuela, al enfrentar al agente de un gobierno que ya para la época era una potencia militar y económica.

El altercado fue que penetraron en el Río Orinoco las embarcaciones mercantes con banderas estadounidenses Tigre y Libertad. Al entrarse éstas naves en el Orinoco, son abordadas por tropas venezolanas para ser inspeccionadas y al revisarse los buques, se encuentran que están cargadas con armas, municiones y víveres destinados a tropas realistas, siendo éstas retenidas.

Después de la detención de los dos buques, el gobierno de los Estados Unidos envía para Venezuela, un agente para superar el impase. Al llegar a Venezuela, el agente comienza su trabajo y envía cartas a Bolívar, solicitando la liberación de las naves, por ser solo buques mercantes, sin relación alguna con el contrabando de armas al enemigo realista.

Bolívar, epistolarmente se enfrenta con el agente estadounidense John Baptist Irvine y contesta sus demandas; hubo un intercambio de correspondencia en las que el agente norteamericano trata de amedrentar e intimidar al Libertador, el cual al final pierde la paciencia y le responde el 7 de octubre de 1818: “Parece que el intento de usted es forzarme a que alterne los insultos: No lo haré; pero si protesto a usted, que no permitiré se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra populación y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende” Y por último, ante una solapada amenaza de Irvine, le responde el 12 de octubre: “El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no equilibrasen y aún superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto señor de toda la tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia a un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos”.

En otra ocasión escribe: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad". (Carta del Libertador Simón Bolívar al coronel Patricio Campbell, fechada en Guayaquil, el 5 de agosto de 1829).

Posteriormente, en 1904, a raíz del bloqueo naval de Venezuela por potencias europeas a comienzos del siglo XX, Estados Unidos afirmó su doctrina Monroe y el presidente Theodore Roosevelt emitió el Corolario de 1904 (Corolario Roosevelt). Esta nueva era trajo un impulso colonialista por parte de los EE.UU, quienes reafirmaron la doctrina Monroe, con el Corolario Roosevelt de 1904 para la interpretación de la doctrina Monroe. Es decir, la política del Gran Garrote o Big Stick. La expresión es del presidente de Estados Unidos, tomada de un proverbio africano: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far).
 
En el corolario se afirma que si un país latinoamericano y del Caribe situado bajo la influencia de EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el Gobierno de EE. UU estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Bajo la política del Gran Garrote se legitimó el uso de la fuerza como medio para defender los intereses en el sentido más amplio de los EE.UU., lo que ha resultado en numerosas intervenciones políticas y militares en todo el continente

El Gran Garrote también se refiere a las intervenciones estadounidenses ocasionadas por la “discapacidad” de los Gobiernos locales de resolver asuntos internos desde el punto de vista del Gobierno de Estados Unidos, y protegiendo los intereses de ciudadanos y entidades estadounidenses. En tal sentido, Roosevelt postulaba que los desórdenes internos de las repúblicas latinoamericanas constituían un problema para el funcionamiento de las compañías comerciales estadounidenses establecidas en dichos países, y que en consecuencia los Estados Unidos debían atribuirse la potestad de “restablecer el orden”, primero presionando a los caudillos locales con las ventajas que representaba gozar del apoyo político y económico de Washington (“hablar de manera suave”), y finalmente recurriendo a la intervención armada (el Gran Garrote), en caso de no obtener resultados favorables a sus intereses militares.

Cualquier parecido con la actualidad no es mera coincidencia, sino coherencia en la actuación persistente de una imperial potencia por tratar de establecer su hegemónica presencia. Pero ni con todos sus planes, doctrinas, conspiraciones ni maquinaciones ha podido con la doctrina del Bolivarianismo, que tan solo se ha fortalecido con el chavismo, que sintetiza el cristianismo y el bolivarianismo.

Actualmente existe una confrontación mundial que tiene como epicentro el continente americano. Por una parte están los Estados Unidos de Norteamérica como punta de lanza con una visión centrada en la dominación a través del sistema capitalista y su fase superior: el imperialismo, el cual se sustenta en el materialismo, el consumismo y la devastación de la naturaleza, sin importar al ser humano, ni el medio ambiente. Por otra parte está la República Bolivariana de Venezuela, al norte de América del Sur con una visión centrada en el socialismo, doctrina socioeconómica y política basada en la filantropía y el ecosocialismo.

La pugna concentra una serie de doctrinas que van, según mi postura, desde lo terrenal hasta lo espiritual, es la contradicción histórica de dos modelos antagónicos que siempre han evolucionado en sentido contrarios, uno va, según mi postura como ya dije, a la perdición y otro a la salvación. ¿Por qué? Sencillo, el capitalismo es depredador y por lo tanto es la autodestrucción del planeta, mientras que el socialismo busca el equilibrio con la naturaleza, la preservación de la especie y por ende, de la vida humana en el planeta, tal como está concebido en el quinto Objetivo Histórico del Plan Socialista de la Nación o Plan de la Patria hecho por el Cmdte Hugo Rafael Chávez Frías el 2012. El socialismo practica el cristianismo; el capitalismo practica el darwinismo.

 
Las contradicciones entre el Monroísmo y el Bolivarianismo se pueden ver, incluso, en los escudos: el de EE.UU tiene un Águila calva (ave de rapiña devoradora de carne) con unas flechas en una de sus garras que representa la guerra y la rapiña (rapiñar es igual que saquear o robar) mientras que nuestro escudo tiene un Caballo blanco corriendo libre que representa la libertad y la autodeterminación.

Adicionalmente, el único país del mundo que ostenta, además del escudo de armas, la bandera nacional, el himno nacional, como símbolos patrios, un sello el cual denominan el Gran Sello, es EE.UU, que tiene en el anverso el águila del escudo y en el reverso una pirámide truncada que está dentro de un circulo y en la cúspide tiene una gloria, dentro de la cual tiene un ojo, que según, es el ojo de Dios que todo lo ve. Nada más alejado de la realidad que eso. Lo que realmente representa ese sello es el Nuevo Orden Mundial establecido por los Iluminatis (una sociedad secreta fundada en 1776 con el fin de promover ideas de la Ilustración, el mismo año de la fundación de Estados Unidos de Norteamérica). De hecho, alrededor del Gran Sello de Los EE.UU está inscrito en latín el lema "Novus Ordo Seclorum" ("Nuevo Orden de los Siglos") el cual aparece también en el reverso de los billetes de dólar estadounidenses.

La expresión Nuevo Orden Mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia y se pretende, de este modo, que hay pruebas de cambios drásticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso de esta expresión aparece en el documento de los Catorce Puntos del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, que hace una llamada, después de la Primera Guerra Mundial, para la creación de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas. En la actualidad hay una sociedad ya no tan secreta que es la que trata de establecer ese nuevo orden Mundial, es el Grupo Bilderberg, cuyo mayores representantes son los grupos financieros mundiales y sus dueños: The Vanguard Group y BlackRock.

En ese orden de ideas, podemos notar con preocupación cómo los Estados Unidos de Norteamérica han alienado, a través de sus medios de comunicación, cadenas televisivas y grupos financieros, al mundo entero, pero el Cmdte Chávez y la Revolución Bolivariana le ha quitado la careta ante el mundo. La famosa frase de Chávez: “Aquí huele a azufre”, ha hecho mella, les duele y quieren venganza.

Los pueblos no alienado por ellos se han dado cuenta como han dominado a los estados nación a través de sus instrumentos financieros de dominación y despojo como los acuerdos de Bretton Woods (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional) de 1944, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), también llamado Tratado de Río, que es un pacto de defensa mutua interamericano firmado el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro, entre otros. Todo un engaño para establecer su hegemonía y dominación. Si el anticristo bíblico es una nación no hay duda que es EE.UU, porque reúne todas las características descritas en la Biblia; ese es realmente su Destino Manifiesto: "Plagar al mundo entero de miseria a nombre de la libertad".


"Dios concede la victoria a la constancia". Simón Bolívar, Manifiesto de Carupano, 7 de septiembre de 1814.


¡Bolivarianismo Siempre… Monroísmo Nunca!         ¡Viviremos y Venceremos por Siempre!