domingo, 30 de septiembre de 2018

GUERRA CONTRA EL CAPITALISMO


GUERRA CONTRA EL CAPITALISMO

“Una verdadera crisis histórica ocurre cuando hay algo que está muriendo pero no termina de morir y al mismo tiempo hay algo que está naciendo pero tampoco termina de nacer“.
Antonio Gramsci

Estamos claros que lo que ocurre en Venezuela no es más que la eterna lucha de clases, en la cual la oligarquía y la burguesía han declarado la guerra total a la clase popular, en donde todo lo transforman en armas para atacar al pueblo: los precios de los productos alimenticios, las medicinas, los detergentes; es la guerra a través de los medios de comunicación, las noticias, las novelas, los programas culturales, etc. Todo lo que ellos hacen tiene como eje transversal atacar al gobierno y al pueblo ¿por qué? al gobierno, porque busca la mayor suma de felicidad social para el pueblo, a través de programas y misiones sociales, en la cual también está incluida la clase media y hasta la burguesía, ya que los subsidios son para todos los habitantes de la república; al pueblo, porque la burguesía es mezquina y egoísta, quieren todo para ellos y no le gusta que los pobres tengan las comodidades que siempre sólo tuvieron ellos, son malvados.

Es una realidad innegable que la oligarquía no va a dar su brazo a torcer en lo que respecta a dejar que el gobierno haga efectiva esa política de darle la mayor suma de felicidad social al pueblo, por más que el gobierno se siente con ellos para tratar de persuadirlos de lo contrario jamás cederán, eso está más que comprobado; en diecinueve años de gobierno socialista se ha tratado de involucrarlos para construir un socialismo que los incluya a ellos, sin que pierdan sus empresas ni sus ganancias; incluso, el gobierno les ha dado créditos de tal manera que se sientan comprometidos, pero no ha sido posible, más bien han recrudecido la guerra.

En ese sentido, no debemos olvidar que esta revolución, además de socialista y cristiana, es bolivariana, y también tiene su toque marxista, por lo tanto tiene antagonismo con la oligarquía, y por antonomasia, con el imperialismo, y no puede dejarse someter con ellos. Aquí entonces, es necesario aplicar el método “De guerra a muerte” que aplicó Bolívar en la guerra con los realistas, en 1813, que consistió en un célebre documento dictado por Simón Bolívar, dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813 y ejecutado en los días sucesivos. La proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego de la caída de la Primera República.

El decreto de guerra a muerte termina de la manera siguiente: «...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables».

Esto es lo que corresponde aplicar en estos momentos en Venezuela con la oligarquía, porque ya es demasiado evidente y malévola su negativa de querer coadyuvar en la construcción del socialismo bolivariano, que siempre los ha increpado para que se sumen sin pedirles que pierdan o inviertan sus capitales privados, sino que se les ha dado divisas y créditos con comodidades de pago como nunca antes se había hecho en Venezuela para que produzcan más.

De manera pues, que no queda más que radicalizar la revolución, cuyo fin teleológico es cumplir con la paremia de Simón Bolívar de darle al pueblo venezolano “la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”. Se ha podido hacer por las buenas, pero la oligarquía está obligando a hacerlo por las malas para ellos, porque ahora hay que expropiar por “interés público” a todo el que obstaculice la consolidación del socialismo bolivariano. La proclama de guerra contra la oligarquía debe ser más o menos así: EMPRESARIOS USUREROS, ESPECULADORES Y ACAPARADORES CONTAD CON LA EXPROPIACIÓN SINO SE SOMETEN A LA LEY.

El marxismo establece que para que se pueda instaurar el socialismo debe existir la dictadura del proletariado, donde todos los medios de producción estén en manos de la colectividad, así como los canales de distribución y los centros de comercialización. Sin embargo, el proyecto socialista venezolano, no fue planteado tan severo como el marxismo con los empresarios privados; se les ha dado oportunidad de participar, pero no han querido, aunque hay unas pocas excepciones.

El proyecto socialista planteado por Chávez estableció en el segundo Plan de la Nación, denominado Plan de la Patria (2013-2019), la creación de una red comunal de distribución socialista de alimentos, con centros de acopios y sistema de transporte incluidos, es el Objetivo Nacional 1.4 de ese ambicioso plan, cuyo enunciado es el siguiente: “Lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro pueblo”. A raíz de esto se han creado: MERCAL, PDVAL, Abastos Bicentenario, etc. pero como esos sistemas han sido permeados por personas corruptas que se prestan para robar y hacerle el juego a la malvada burguesía, no ha sido eficiente.

Adicionalmente, en vista que no se ha podido contar con los centros de distribución de alimentos administrados por los burgueses y oligarcas, se ha creado la Misión Abastecimiento Soberano y los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pero esto no es suficiente para decir que estamos en Socialismo. Es imperativo trascender esta crisis gramsciana y la única forma posible es usando todo el poder del estado con el apoyo del pueblo para doblegar a la malvada oligarquía, porque por las buenas ha sido imposible.

Trascender esta guerra económica oligarca, radica con la expropiación y confiscación de todas las empresas contumaces y convertirlas en empresas socialistas de propiedad social directa, indirecta o mixta, donde sea el poder popular organizado con supervisión del estado quien las administre. No debe ser el estado quien las administre para que no se convierta en un capitalismo de estado, aunque no debe estar descartado por si no funciona con el poder popular. El estado socialista sólo será posible si, por lo menos, la mitad más uno de los medios de producción son socialistas, además de los canales de distribución, los centros de comercialización y los centros de importación.

Oportuna y pertinentemente, en Venezuela, está toda la mesa servida para trascender al capitalismo, está el marco teórico y el marco jurídico necesario para tal fin, lo que hace falta para su concreción es la fuerza de voluntad política, que está, potencialmente, en las mentes de la colectividad y en el gobierno, pero hay temor de dar el paso decisivo y transformar esa energía potencial en energía cinética, la cual desencadenará el traspaso definitivo de la crisis histórica teorizada por Antonio Gramsci, donde por fin terminará de nacer lo que está naciendo y no termina de nacer (el socialismo), y termina de morir lo que está muriendo y no termina de morir (el capitalismo).

El primer gran paso que tiene que dar el gobierno es expropiar el mayor cetro del capitalismo en Venezuela, como lo es el mega-oligopolio, Empresas Polar CA, ya de por sí, prohibido en Venezuela desde el año 2000 con la entrada en vigencia de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, según el artículo 113, que textualmente establece:

"No se permitirán monopolios. Se declaran contrarios a los principios fundamentales de esta Constitución cualesquier acto, actividad, conducta o acuerdo de los y las particulares que tengan por objeto el establecimiento de un monopolio o que conduzcan, por sus efectos reales e independientemente de la voluntad de aquéllos o aquéllas, a su existencia, cualquiera que fuere la forma que adoptare en la realidad. También es contraria a dichos principios el abuso de la posición de dominio que un o una particular, un conjunto de ellos o de ellas o una empresa o conjunto de empresas, adquiera o haya adquirido en un determinado mercado de bienes o de servicios, con independencia de la causa determinante de tal posición de dominio, así como cuando se trate de una demanda concentrada. En todos los casos antes indicados, el Estado adoptará las medidas que fueren necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio, del abuso de la posición de dominio y de las demandas concentradas, teniendo como finalidad la protección del público consumidor, de los productores y productoras, y el aseguramiento de condiciones efectivas de competencia en la economía.
Cuando se trate de explotación de recursos naturales propiedad de la Nación o de la prestación de servicios de naturaleza pública con exclusividad o sin ella, el Estado podrá otorgar concesiones por tiempo determinado, asegurando siempre la existencia de contraprestaciones o contrapartidas adecuadas al interés público".
Asimismo, hay que expropiar a todos los extranjeros que son actores directos de la guerra económica, tales como chinos, árabes, turcos, portugueses, españoles, etc, que tienen tiendas y no acatan la Ley de precios justos, acaparan y especulan; ellos vinieron, seguramente huyendo de las guerras de sus respectivos países y aquí se les brindó hospitalidad y libertad de emprender negocios, pero ellos son ingratos y malagradecidos; por ejemplo, los chinos se vinieron huyendo de la guerra civil china y del socialismo chino, por lo tanto ni quieren a su patria socialista ni mucho menos la nuestra, solo les mueve el interés de ganar dinero a merced de atropellar al pueblo y lo trágico es que gozan de absoluta indulgencia e impunidad por parte de las autoridades competentes. Y si los demás empresarios connacionales no agarran escarmiento, también hay que ir por ellos. La ley tiene que ser severa y expedita para poder vencer esta guerra económica de la malvada oligarquía.

“Vencer significa lograr la concreción firme, la concreción profunda, la concreción plena e integral del proyecto nacional de Simón Bolívar”.
Hugo Rafael Chávez Frías