jueves, 26 de noviembre de 2020

27 DE NOVIEMBRE HISTÓRICO

 

27 DE NOVIEMBRE HISTÓRICO

    Venezuela está destinada por la providencia para darle luces a la humanidad, es por ello que resulta pertinente traer a colación lo dicho por el Libertador el 15 de febrero de 1819 en su discurso ante el Congreso de Angostura: Dignaos conceder a Venezuela… Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz.

Estas palabras lapidarias están más vigentes que nunca, al igual que esto, que para mí es una profecía: Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reúne con prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana; ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuán superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno.

Si analizamos estas sentencias dichas por el hombre más relevante de la independencia suramericana, y lo comparamos con los hechos ocurridos el 25, 26 y 27 de noviembre de 1820, notaremos como esos acontecimientos marcaron un antes y un después en lo que respecta al Derecho Internacional Humanitario y a lo que hoy se conoce como Convenciones de Ginebra, que son cuatros tratados, uno para el mejoramiento de la suerte de los militares heridos en los ejércitos en campaña (Primera Convención -1864-); otro para el mejoramiento de la suerte de los militares heridos, enfermos o náufragos en las fuerzas armadas en el mar (Segunda Convención -1906-); otro relativo al trato de los prisioneros de guerra (Tercera Convención -1929-), y; otro para la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra (Cuarta Convención -1949-).

El Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra fueron dos acuerdos firmados entre la Gran Colombia y el Reino de España el 25 y el 26 de noviembre de 1820, respectivamente, en Trujillo, Venezuela. Mediante estos tratados quedaba oficialmente derogada la guerra a muerte, que había sido decretada por el Libertador, el 15 de junio de 1813, aunque la declaración viene desde el 16 de enero por el Convenio de Cartagena hecho por el coronel barinés, Antonio Nicolás Briceño, que por cierto fue apresado por los realistas y ejecutado el día 15 de junio de 1813, el mismo día que Bolívar firma el decreto.  Allí se acordaba una tregua de seis meses además de constituir, de facto, un reconocimiento del estado colombiano.

El armisticio es propuesto por los realistas a través del capitán general Pablo Morillo, quien el 6 de junio de 1820 recibe instrucciones desde España para que arbitre con Simón Bolívar un cese a las hostilidades. Bolívar, intuyendo de antemano esa proposición, aprovecha para convenir una “humanización de la guerra como lo hacen los pueblos civilizados", acordando el respeto a los no combatientes, el canje de prisioneros y a acabar definitivamente con las viejas prácticas de la guerra a muerte, para redactarla encarga a Antonio José de Sucre.

Bolívar y Morillo se entrevistaron el 27 de noviembre celebrándose el célebre abrazo de Santa Ana de Trujillo. Ese mismo día fueron firmados ambos acuerdos por los dos jefes.

El 27 de noviembre es un día trascendental para nuestra patria por varios acontecimientos históricos: el primero (1515), fundación de Cumaná; en segundo lugar, se firma el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, y el abrazo de Bolívar y Morillo (1820); en tercer lugar, se celebra el día de la Aviación Militar Bolivariana (1920); cuarto, se conmemora la gesta revolucionaria de 1992 y; quinto, en 1933, en Maracay, fallece el piloto venezolano Carlos Meyer Baldó en un accidente aéreo.